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LA PÉRDIDA DE DETALLES EN LA ARQUITECTURA DE EDIFICIOS PÚBLICOS.

De los diseños proyectados para instituciones públicas, gran número quedan solo en papel o simplemente olvidados en un archivo de computador, mientras que los construidos se ejecutan con considerables modificaciones en diseño. Anecdóticamente quienes gestionan la construcción de estas obras, creen que dichas modificaciones solo afectan la estética de los edificios o incluso creen mejorar el diseño de estos, pero ciertamente estas decisiones afectan la coherencia y el óptimo funcionamiento de las obras y por otra parte dejan en evidencia la pobreza cultural y profesional con la que funcionan ciertos organismos públicos.

Para ahondar en las razones de porque las obras gestionadas y ejecutadas por estas instituciones, no son construidas de acuerdo a los diseños de origen, es preciso señalar lo siguiente:

Un proyecto de arquitectura es un ejercicio multidisciplinario en cuyo proceso participan muchos profesionales de diversas áreas.  Por esta razón debe existir un orden, método y tiempos que permitan  proyectar fielmente la construcción de una idea fundada a la realidad.

En instituciones públicas sin embargo este proceso carece de orden y jerarquías, se vuelve un ejercicio improvisado e inoperante.  La participación de profesionales sin experiencia y de alta jerarquía en la institución, aletargan finalmente el proceso o empobrecen el diseño.

Por otra parte  las  empresas contratistas encargadas de la ejecución de estas obras son las responsables de sustituir  la mano de obra especializada por mano de obra barata,  convirtiendo cualquier proyecto de escala pública en proyectos de ferretería de pueblo, carente de detalles y calidad  constructiva.

​En desmedro a lo señalado anteriormente se suma la variable de profesionales y técnicos no calificados que participan dentro del proceso, cuyo trabajo finalmente encarece los costos de obra y la calidad constructiva de estas. Así por ejemplo:

“Un edificio sobre-estructurado durante la etapa de cálculo, incurrirá a que se substituyan materiales de calidad por otros más baratos.”

La empresa a cargo de la construcción en tanto,  hará uso de éste y otros errores para justificar  reajustes de obras a su favor y así generar más utilidades. Lamentablemente fiscalizar estas situaciones  no es efectivo si este rol es asumido por profesionales sin el conocimiento ni la experiencia para hacerlo.

Por último, se debe aclarar que el arquitecto no solo debe contratarse para dibujar, sino más bien para proyectar, coordinar  y supervisar los procesos de planificación necesarios para la correcta ejecución de una obra y por lo mismo debe también asesorar a la parte administrativa en la contratación de profesionales que formaran parte del equipo interdisciplinario del proyecto.

​Pensar la contratación de un arquitecto durante la etapa de diseño solo para dibujar, es igual que contratar a un cirujano para que trace las líneas de operación sobre un paciente y luego se traspase la responsabilidad de la operación a un paramédico.

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